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  1. Archivo EPB

Fondo EPB

La Real Academia Galega custodia el archivo de Emilia Pardo Bazán, compuesto por unos mil documentos que constituyen un patrimonio de valor incalculable del que se nutren investigadores de todo el mundo. La RAG lo recibió en 1971 por disposición testamentaria de Blanca Quiroga Pardo Bazán, hija de la autora, junto a otros cinco mil documentos del fondo familiar. Estos últimos incluyen los archivos personales de los hijos, el marido y el yerno de la escritora, y una rica documentación patrimonial, la más abundante.

Manuscritos

Dejando al margen la documentación personal y patrimonial de Emilia Pardo Bazán y de su familia, el archivo de la autora suma más de mil documentos relacionados con su actividad como escritora. Incluye apuntes sobre sus obras, numerosos manuscritos de novelas, cuentos, artículos, lecciones, obras de teatro, galeradas de sus principales títulos, así como textos inéditos e incluso recetas que recopiló en sus libros de cocina, todo lo cual constituye la mayor colección del mundo de la autora.

El archivo permite seguir la evolución literaria de Pardo Bazán. Aunque es reconocida sobre todo como narradora, comenzó escribiendo poesía. La RAG conserva versos manuscritos de su autoría del año 1866, cuando con solo quince años escribió Himnos y Sueños.) También a una edad temprana hizo pequeñas incursiones en el campo de la dramaturgia, con títulos como Adriana Lecouvreur, una tragicomedia en cinco actos.

Todos sus textos anteriores a 1900 son autógrafos. Es el caso de los originales de novelas como La Tribuna (1883), texto del que se conservan 178 hojas; o La piedra angular (1891), y de cuentos como Las siete dudas, en el que se observa la labor sistemática de corrección de Emilia Pardo Bazán en busca de la excelencia literaria.

Con el nuevo siglo la autora, siempre atenta a los avances tecnológicos, empieza a escribir a máquina, la herramienta elegida para plasmar sobre el papel títulos como La quimera (1906), con montones de anotaciones manuscritas que facilitan el rastreo del proceso de creación de los textos.

La variedad y amplitud de su obra abarca también una ingente producción de artículos y ensayos, algunos de ellos lo suficientemente relevantes para entender la vida personal, la obra y el contexto histórico de la intelectual, como La Cuestión Palpitante o Dos tendencias nuevas en la literatura rusa : el hampa y la bohemia (Maximo Gorki): la conciliación pagano-cristiana (Demetrio Merejkovski).

Correspondencia

De la correspondencia personal de Emilia Pardo Bazán, que fue muy abundante, solo se conservan en su archivo personal cinco borradores de misivas escritas por ella y diez recibidas. ¿A estas hai que sumar as 85 cartas autógrafas que enviou á súa amiga e comadre Carmen Miranda, adquiridas pola RAG no ano 2018 e que poden consultarse no apartado “Outros documentos” desta sección?

Entre las cartas que llegaron a la Academia a través de la donación de su archivo por parte de la hija de la escritora, figura un borrador en el que Pardo Bazán se dirige al rei Alfonso XIII para agradecerle la concesión de la Banda de la Orden de María Luísa (1914), ocasión que aprovecha para reivindicar los derechos de las mujeres.

En cuanto a la correspondencia recibida, figura una carta de visita de Juan Ramón Jiménez dirigida a Pardo Bazán, o la carta que el alcalde de A Coruña Manuel Casás le envía en 1916 para felicitarla por su nombramiento como primera catedrática universitaria de España.

Fotografías

Fotografías de Emilia Pardo Bazán en distintos momentos vitales e instantáneas de sus hijos Jaime, Blanca y Carmen; sus padres, José Pardo Bazán y Amalia de la Rúa; su yerno José Cavalcanti, entre otros familiares, conforman el álbum fotográfico del fondo Emilia Pardo Bazán. Muchas imágenes son retratos de estudio, pero también hay entre ellas instantáneas realizadas en espacios íntimos, como las Torres de Meirás, la residencia de verano que la escritora construyó en Sada. Todas ellas facilitan la visualización del entorno vital de la autora y del modo de vida de su clase social en la segunda mitad del siglo XIX y primeras décadas del XX.

Completan el conjunto una serie de imágenes del castillo de Santa Cruz, vinculado a la familia de su marido, y una pequeña colección de retratos de miembros de la familia real.