Ir al contenido de la página
Autoría y ano
José Quiroga, Finales del siglo XIX, principios del XX
Técnica
Tallado en bajorrelieve
Material
Madera de castaño con herrajes
Dimensiones
53'8 x 100 x 50 cm

Esta arca, tallada por el marido de Emilia Pardo Bazán, José Quiroga Pérez de Deza, aparece en la lista realizada en 1964 de los objetos que se encontraban en la calle Tabernas. En ella se indica que su lugar está en el salón principal de la casa, en la misma sala donde se expone en la actualidad, y que la autoría del mueble es de José.

Del gusto e inclinación del marido de la escritora por la escultura y la talla queda constancia en una carta de la propia Pardo Bazán enviada al pedagogo y filósofo Giner de los Ríos en 1876: “Pepe no ha presentado su estatuilla porque no se abrió aún el concurso para el monumento”. También la revista ilustrada La Semana aporta información sobre su afición: “Nuestro apreciabilísimo amigo el Sr. Quiroga (...) es un aficionado a la escultura que honra a Galicia y a su maestro D. Antonio Moltó. Poco tiempo hace que el Sr. Quiroga se dedica a tan difícil arte, y ya en la última exposición de Lugo sorprendió a los inteligentes con una figura de gran tamaño muy bien modelada, que representa a un carlista en armas y en la posición de en su lugar de descanso“.

El trabajo de artesanía es una afición común entre los hidalgos de la época, una manera de dar rienda suelta a la creatividad a través de la madera. La tapa de esta arca demuestra la delicadeza del trabajo a pesar del carácter práctico de una pieza de gran utilidad en las casas del siglo XIX.

En la tapa del arca destaca el símbolo de la cruz que responde a la iconografía del castillo de Santa Cruz del ayuntamiento de Oleiros, propiedad de la familia Quiroga hasta 1939, y en la parte frontal del arca está situado el escudo de la familia. La presencia de tres cerraduras, de hierro grabado a buril, remite a épocas en que esta clase de arcas guardaba las posesiones de más valor.

Posiblemente el uso al que estuvo destinada originalmente tuviese relación con los viajes tan habituales de la familia, como sugiere el hecho de que otra pieza similar de la colección todavía conserve en la parte inferior el resguardo de un desplazamiento en tren. A finales del siglo XIX surgieron los viajes de placer, aunque la familia Pardo Bazán ya había iniciado esta práctica unos años antes, y durante toda la vida de la escritora estos fueron constantes.

Cando las arcas de madera dejaron paso a las maletas, su función en las casas fue la de elementos de decoración y almacenamiento.