La empresa contra el decoro de Pardo Bazán abre la tercera jornada del congreso del centenario de la escritora
La tercera jornada del Congreso Internacional Emilia Pardo Bazán, cen anos despois arrancó en la sede de la Real Academia Galega y la Casa-Museo Emilia Pardo Bazán con un análisis de la académica Marilar Aleixandre sobre cómo la autora homenajeada construyó una identidad de escritora en términos de una empresa «contra el decoro», que incluía la reivindicación del placer sexual femenino. La catedrática de la Universidad de Nueva York Jo Labanyi también intervino esta mañana con una contribución sobre la revista Nuevo Teatro Crítico, redactada en solitario por Pardo Bazán y utilizada por ella como «instrumento de publicidad para su obra y figura pública»; y la catedrática de la UNED Ana Mª Freire López exploró la imagen de la obra y la figura de la escritora en la prensa norteamericana de su época. Dolores Thion Soriano-Mollá, catedrática de la Universidad de Rennes 2, habló del proyecto poético Himnos y sueños; y la profesora de la Universidad de Vigo Monserrat Ribao del uso de la narrativa breve pardobazaniana en el aula de literatura española para extranjeros.
La Real Academia Galega coorganiza el congreso internacional del centenario de la muerte de Pardo Bazán de la mano de la Universidad de Santiago de Compostela y el Consello da Cultura Galega, donde el programa continuará mañana y pasado con aportaciones alrededor de la relación de la autora con la ciencia, la Galicia de su tiempo y el feminismo. Todas las sesiones podrán seguirse, como estos días, desde academia.gal o en los respectivos canales de Youtube de las instituciones anfitrionas.
«Pardo Bazán identificó el decoro como un obstáculo para las aspiraciones de las mujeres y su realización como sujetos deseantes», destaca Marilar Aleixandre, que incluyó en el volumen A educación do home e da muller e outros escritos feministas, coeditado por la RAG y el Parlamento de Galicia, el artículo que la escritora publicó sobre este concepto en 1915 en la revista La Ilustración Artística. Su impugnación de este obstáculo alcanzó —detalla la académica y profesora ad honorem de la Universidad de Santiago de Compostela—, cuatro dimensiones: la exposición pública y la ambición que demostró frente al recato que se esperaba de las mujeres, la emancipación como escritora profesional, la apropiación de territorios masculinos en cuanto a los temas de su escritura y el lenguaje.
«La construcción de su identidad como escritora, que supone una deconstrucción de representaciones sociales, se realiza tanto explícitamente en su propia voz, en ensayos y en artículos, como a través de la ficción», concreta. Y en este ejercicio Pardo Bazán usurpa o invade territorios masculinos, «haciendo suyos todos los temas, incluso los innombrables que, más allá de los referentes al deseo sexual y al placer de las mujeres, abarcan todo lo relacionado con sus experiencias físicas, como parir o amamantar, y los de carácter teórico, vedados a las mujeres», añade la académica.
Marilar Aleixandre pone también el acento en el hecho de que Emilia Pardo Bazán, al contrario de lo que hicieron otras mujeres escritoras del XIX como George Eliot o George Sand, nunca recurrió al anonimato o a esconderse bajo un pseudónimo de varón para publicar sus obras, un gesto que se interpretó en aquel momento como un ejercicio de inmodestia. La catedrática de la Universidad de Nueva York Jo Labanyi incide en un aspecto relacionado con esto en su mirada a las páginas de la revista Nuevo Teatro Crítico (1891-1893), «una empresa singular en el sentido literal», ya que Pardo Bazán redactó la totalidad de sus doce números al año, de más de cien páginas cada uno, y la utilizó como una herramienta de autopromoción, defiende la anglosajona especialista en literatura española.
«Propongo que la revista fue concebida por Pardo Bazán como un instrumento de publicidad para su obra y figura pública. Su creación le permitió ser su propia agente literaria, además de construir una imagen de feminista militante y, al mismo tiempo, católica entusiasta. De todos los escritores del s. XIX español, probablemente fue quien mejor entendió la importancia de la “publicidad periódica”, en sus palabras, para la carrera literaria», sostiene Jo Labanyi, que hablará también, en la jornada de clausura en el Consello da Cultura Galega, del feminismo de Pardo Bazán y sus contradicciones.
La proyección pública que Emilia Pardo Bazán buscaba llegó a finales del siglo XIX hasta los Estados Unidos, y tampoco en este caso la propia autora fue ajena a la difusión de su figura y obra a la otra orilla del Atlántico, expuso la catedrática de la UNED Ana María Freire López, que presentó su estudio de la imagen de la persona de Pardo Bazán y de lo que se dijo de su obra en la prensa norteamericana de aquel momento.
Tras la presentación de diversas comunicaciones, el académico Ramón Villares cerró por la tarde en la sede de la RAG la última jornada del congreso, que continúa el jueves y el viernes en la Universidad de Santiago de Compostela y el Consello da Cultura Galega. El historiador y catedrático emérito de la USC ofreció una ponencia centrado en la condición de Pardo Bazán como intelectual en la crisis del 98. La autora, que se situó en una postura regeneracionista, fue la única mujer que participó en el informe sobre oligarquía y caciquismo que el Ateneo de Madrid le encargó a Joaquín Costa y desarrolló también su posición en muchos artículos de prensa, especialmente en las conferencias que pronunció en París, Valencia y Ourense, recuerda.
Ramón Villares sostiene que el claro posicionamiento público que demostró en relación con esta crisis le dio a Pardo Bazán, más allá del perfil de escritora, el de intelectual. «Ni Unamuno se expresó como ella hizo, ni Azorín, ni muchos de los que conocemos como Generación del 98 se expresaron con la contundencia y con el rigor con los que ella se expresó sobre esta crisis nacional», concluye.
El resumen de la primera jornada del congreso está disponible en este enlace y el de la segunda, en este otro.